Adolfo Tuñón comparte las 10 acciones que un jefe
no puede hacer:
No escuchar: Saber escuchar lo que los colaboradores
dicen es necesario para que la relación entre los directivos y los
empleados se realicen de forma adecuada. Un jefe que no tiene tiempo
para hacerlo o que simplemente no quiere puede perder el respeto y
credibilidad de sus empleados.
No predicar con el ejemplo: Cuando un jefe tiende a
contradecirse, los empleados también llegarán a hacerlo. Esto es
necesario para que tus colaboradores participen en los reglamentos de
las empresas. Si un jefe prohíbe una acción en las empresas y él lo
realiza, tarde o temprano sus empleados harán lo mismo.
Jefe deshumanizado: Un jefe que no trata con respeto a su recurso humano crea antipatía y resistencia de sus colaboradores. Cuando no existe identificación entre las empresas y sus trabajadores, las malas actitudes, descontentos e inadecuados ambientes laborales son el resultado.
Ser pasivo: El jefe es el volante de un auto, si
carece de motivación, proyectividad e innovación, el auto nunca llegará a
su destino. Es por ello que un jefe siempre debe estar pensando en
nuevos alcances y metas para poder impulsar a sus empleados a también
realizarlas.
Ser soberbio: La falta de humildad es uno de los
errores más grandes que pude tener un jefe o líder. Saber compartir con
tus empleados y reconocer tus aciertos y errores hará que la relación
con tus colaboradores sea más placentera. Es importante recordar que
todos forman parte de la organización y que tanto ellos como tú son
importantes para el buen funcionamiento de la empresa.
Mandar y no dirigir: Llegar a ser una persona con
decisión y mando no quiere decir ser una persona prepotente y
autoritaria, es por ello que el saber dirigir de manera humanizada es
necesario para que los colaboradores respeten al jefe por sus aptitudes y
calidad humana, no por miedo o inseguridad. Hay que aprender a dirigir.
No saber hablar con tus empleados: Disfrazar las cosas no es una opción. Es importante aprender a hablar de manera directa, pero cuidando las formas.
No ser un ejemplo: Si un líder pierde la capacidad
de inspirar, pierde la dirección de su equipo. Es importante llevar a
los colaboradores hacia lo que se quiere alcanzar, pero con el mismo
énfasis con el que líderes lo realizan, ser un ejemplo para tus
trabajadores es fundamental para mantener el respeto y fidelidad de los
mismos.
Carecer de perseverancia: Luchar por lo que se
quiere es fundamental para el éxito personal y profesional, si un líder
carece de ello, los resultados en las empresas serán mediocres. Mantener
el espíritu de perseverancia es clave en una buena dirección.
Subestimar al recurso humano: Nunca le digas a tus
colaboradores que no crees en lo que ellos hacen, subestimar su trabajo
es menospreciar sus capacidades. Una empresa con trabajadores inseguros y
con baja autoestima es una empresa sin identidad.